sábado, 12 de noviembre de 2011

Era un secreto a veces.

Antes de que me registres, llevo 21 gramos encima.

- Pon las manos donde yo pueda verlas, deja todas tus cosas encima de la alfombra y permanece quieto.
Ni siquiera me leyó mis derechos.

Y las formas de mi ropa se mezclaron con su alfombra, vertedero de civilización y sociedad. La bombilla me apuntaba invitándome a que declarase, pero fue ella que la que quiso declarar(se).

Aún temblaba por el frío que desprendía su mirada, sacó sus armas de mujer y amenazó con matar mi tiempo. Empezó la rueda de reconocimiento arrugando sus sábanas y sus cartas de despedida.

Y el peso de su ley cayó sobre el colchón, los muelles chillaban mezclándose con el sonido de las sirenas, los cristales se empañaron salvando nuestra intimidad, si las paredes hablasen se quedarían mudas y el techo cada vez estaba más lejos.

Y me llevó en coche hasta esta cárcel que son mis costillas, con el ruido de la emisora narrando sucesos consumados buscando un culpable.


4 comentarios:

  1. Me parece penoso que mi blog tenga más visitas y más seguidores que el tuyo cuando la mierda que sueltas es mil veces mejor, tenlo claro,
    Sublime, solo eso.
    Mucho amor.

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  2. Buena entrada, la ultima frase buenísima.
    Sigue así, un beso de fuegoylluvia

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  3. .......impresionante,me encanta como adáptas los textos a las situaciones,impresionante.Saludosss

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