martes, 18 de octubre de 2016

Fuera, pero dentro.


Atrapados en el vacío,
lejos, o quizá dentro, del exilio hacia uno mismo.
Acariciando el destierro de la masa
o saboreando, la muerte dulce, dentro del enjambre.

Autómatas bombeando sangre,
ignorando su conciencia frente al espejo,
nutridos por el efectivo
mutilando su existencia.

Hago una parada en la ruta por defecto.
Rasgo la rutina.
Nublo la vista.
Hacia dentro.
De ti o ,quizá, de mi.

Y vuelvo al engranaje de lo insípido,
sacudo mi permeabilidad,
y dejo que caiga el telón
y los párpados
y, ya, me siento dentro.